La película de siempre en el Staples

Como si de un déjà vu se tratara, o como si fueran los constantes protagonistas de su particular "Día de la marmota", Los Angeles Lakers volvieron anoche a su monotonía típica de cuando juegan en su pabellón. Posiblemente contagiados por la cantidad de estrellas de Hollywood que cada día copan las primeras filas del Staples Center, el equipo de Phil Jackson puso el 2-0 en la eliminatoria ante Utah Jazz, correspondiente a las semifinales de la conferencia oeste, como si de un guión cinematográfico se tratara, el guión que se repite en la gran mayoría de encuentros como locales de los angelinos.

Los partidos en casa de los de oro y púrpura comienzan con un dominio considerable por parte de éstos ante sus rivales. Entran en acción los protagonistas Kobe Bryant y Pau Gasol bien secundados ayer por los actores de reparto Bynum, Artest y Odom. Casi siempre golpean primero a los "malos" de la película. Ayer el pivot de los Jazz Carlos Boozer intentó tirar del carro desde el comienzo para frenar la acometida amarilla, aunque sin mucho éxito. Aún así se llegó al final del primer cuarto con 27-23 para los de casa, aunque con la sensación de haber sido bastante más superiores de lo que el resultado mostraba.

Llega el segundo cuarto y aparece la segunda unidad, los extras. Aquí llegan las complicaciones ya que el banquillo no es ofensivamente todo lo bueno que un equipo campeón de la NBA quisiera. Pero en los últimos cinco minutos antes del descanso vuelven a aparecer los protas a darle un arreón al marcador. Al descanso anoche se llegó con un apacible 58-46.

Pero tras el descanso siempre se produce el giro argumental. Ya sea por la desidia o por la sensación de superioridad al ver a su rival con la rodilla en tierra, los californianos se vienen abajo, se apiadan del enemigo y tiran por la borda la ventaja que habían conseguido en la primera parte. De estar 14 puntos arriba, los Lakers dejaron a los de Salt Lake City crecerse y crecerse hasta ponerse a tan sólo 4 puntos a falta de 4:11 minutos para terminar el encuentro (98-94).

Y como en toda buena americanada, cuando parece que nadie puede salvarles de esa inercia negativa y que van a ganar los malos, irrumpe en escena el héroe, que no es otro que "The Black Mamba", Kobe Bryant. Con 22 puntos en la segunda parte, incluidos los salvadores 11 en los últimos cuatro minutos (cuando más cerca estuvieron los de Jerry Sloan), el mejor jugador de la liga recordó que en esas situaciones, cuando el balón quema, es el más fiable, un clutch player como lo llaman en EEUU. Otra noche más salvando su particular "mundo" de 48 minutos.

Ahora la serie se dirige a Utah para jugar los dos siguientes partidos, en el pabellón más ruidoso y caliente de la NBA, el Energy Solutions Arena, donde los habitantes de Salt Lake City transforman su tranquila y pacífica vida mormona para convertirse en enfervorizados hooligans. Allí la película será totalmente distinta. Será más bien una de acción, ya que los arbitrajes en playoffs en ese pabellón son demasiado caseros, con lo que los Lakers tendrán que sudar sangre para poder ganar, con arañazos y moratones en los brazos incluidos.